Falling

Capitulo 1

Hoy en día.

Shelton, Illinois, Estados Unidos.
—¿Estás jodiéndome?— Park Jimin pasó una mano por su cabellera, sacudió su cabeza y vio fijamente a su jefe Martin Shanahan.
El usual bullicio de la policía de la división metropolitana podía escucharse a su alrededor en esta típica mañana de martes, pero lo único que le importaba a Jimin en ese momento era confirmar que lo que acababa de escuchar de los labios de su capitán era correcto. Había pasado varias noches descansando mínimas horas y anoche en particular, las pocas horas de sueño habían estado llenas de pesadillas. Las cuales habían comenzado desde que este caso de homicidio había iniciado. Con todos estos homicidios sobre su cabeza, el tener que escoltar a un policía de visita era lo último que necesitaba en su ocupada agenda.
—¿Cómo terminamos participando en un programa de intercambio policiaco? No tengo tiempo de llevar a pasear a un visitante, Martin.
—Sé que no quieres y traté de discutirlo en tu nombre cuando hablé con el jefe ayer por la tarde, sin embargo pidió por ti específicamente. Algo acerca de que el policía británico es alguien de homicidios y debido a que el último caso desastroso es el tuyo, sintió que sería una gran experiencia... que quizás el tipo aprendería de ti y viceversa.
—Que suertudo soy—. Dijo sarcásticamente. —Tengo una montaña de papelería que trabajar y testigos que interrogar. No necesito un extraño siguiéndome a todos lados.
—Deja que te ayude con la papelería y en la investigación. Los policías en este intercambio internacional no han venido a observar sino a trabajar. Así que ponlo a trabajar. Delega.
Jimin gruñó y vio hacia el techo, luego volvió a pasar su mano por su cabello. —Supongo que debo desperdiciar parte de mi día yendo a recogerlo al aeropuerto, ¿no?
—No, el jefe dijo que todo estaba arreglado. Estoy esperando a que venga a la estación después que aterrice su vuelo.
El bigote gris de Shanahan se movió y éste pasó sus dedos por sobre él, Jimin sabía que estaba tratando de ocultar su sonrisa. Sin embargo, algo en su mirada denotaba genuina simpatía. —Será únicamente por unas semanas. Sopórtalo. Puedes tolerar cualquier cosa por unas semanas—. Shanahan le dio una palmada amistosa en la espalda, luego caminó por el pasillo y regresó a su oficina.
Jimin observó la amplia espalda de su capitán. Si Martin no fuera tan buen amigo suyo y él no estuviera tan malditamente cansado, le hubiera seguido y discutido por más tiempo. Sin embargo sería inútil. Cuando el jefe decía salten, todos lo hacían.
—Estoy hasta el cuello de asesinatos inexplicables y ahora debo hacerle de niñero a algún estirado y aburrido británico—. Dijo a regaña dientes.
Exhalando nuevamente se dio media vuelta esperando tener si quiera unas horas antes de que el tipo ese apareciera.
Pero se detuvo en sorpresa al descubrir a un extraño de cabello oscuro de pie, frente a él, a unos diez pasos. El hombre le observaba directamente como si Jimin era justo la persona que estaba buscando.
Una onda de terror se esparció por su cuerpo cuando tuvo el presentimiento de saber de quién se trataba... y sin duda alguna éste había escuchado cada palabra que había dicho, pero antes de que pudiera disculparse, los labios del hombre formaron una sonrisa y sus hermosísimos ojos azules brillaron llenos de humor. —Creo que soy tu estirado y aburrido británico.
Jimin despejó su garganta, sin saber que podía decir ante eso, pero finalmente dejándolo en un —Dios, lo lamento—. Le mostró al hombre una sonrisa a medias. Diablos, ¿qué más le puedes decir cuando habías sido capturado siendo un patán?
El extraño se encogió de hombros, aún sonriendo. —Me han llamado cosas peores.
Parecía tener la misma edad que Jimin, unos treinta y pico, y parecía ser alguien relajado, sin enredos ni frustrante, con un estilo de cabello desaliñado, largo de arriba y corto a los lados y atrás, facciones atractivas, pero no lo que denominarías como extremadamente guapo. Vestía jeans, un suéter negro con cuello de tortuga y una chaqueta abombada. Jimin inmediatamente se percató que había estado pensando que trabajaría con alguien con un traje y aburrido, todo lo contrario a la forma en la que lucía su visitante. De hecho, no parecía ser para nada aburrido... tanto en su apariencia como en su actitud. Su acento no era prepotente, ni tampoco lo era su voz. Era más como un whiskey. Un Martini sacudido, no revuelto... Bond, James Bond.
Oh maldita sea. Jimin se dio una sacudida mental. Estaba exhausto y se notaba. El tipo ni se parecía a Bond. Demasiado casual. Además si le había entendido bien a su jefe, era un policía y no un agente. Aún así, había algo llamativo acerca de él. Jimin así lo sentía... pero no podía expresarlo con palabras. ¿Era su magnetismo? O tal vez, ¿su extrema confianza?
El hombre se acercó y extendió su mano. —Lamento haberme aparecido así sin avisar. Jeon Jungkook.
Jimin tomó la mano y se sorprendió al sentir una onda de energía atravesar su cuerpo ante el firme y cálido contacto. Fue tan inesperado que lo dejó sin saber que hacer por un momento y hubo una larga pausa antes que recordara abrir la boca y hablar. —Jimin. Park Jimin—. La sacudida de manos finalizó, pero Jimin continuó sintiendo un hormigueo en la palma de su mano. —Y lamento mucho lo que escuchaste. Han sido un par de semanas bastante estresantes, pero esa no es excusa.
—Lo entiendo. Tu jefe dio un resumen del caso en el que estás trabajando. ¿Has encontrado algo que vincule a las víctimas?
—Nop. Son de todos lados de la ciudad. Algunos hombres, otras mujeres. No podemos vincular sus estilos de vida ni sus ingresos.
Si iba a estar atrapado con el hombre por las próximas dos semanas, Martin tenía razón... lo pondría a trabajar. Y a este punto, Jimin no era lo suficientemente orgulloso para no admitir que este caso lo tenía confundido. Estaba dispuesto a escuchar cualquier posible teoría. Así que continuó diciendo —Al principio sospechamos que el asesino era alguien detrás de personas mayores... las primeras tres víctimas tenían más de cincuenta años, pero luego, la cuarta resulto ser alguien de cuarenta y un años, mandando nuestra teoría a la mierda. Las últimas tres también están entre el rango de los cincuenta y tantos. Así que esta victima de cuarenta y uno es demasiado confusa.
Jungkook se mostró pensativo por un momento. —El jefe también me dijo que nadie ha sido capaz de determinar la causa de muerte de ninguna de las víctimas. Eso es... raro.
—Eso es correcto. No hay marcas obvias, ni rastros de venenos. Al principio no fueron considerados como homicidios... era como si las víctimas simplemente hubieran caído muertas. Se pensaba que habían comido la misma clase de mala comida o tenido alguna reacción alérgica a algún medicamento, excepto que el forense anuló todas esas posibilidades. Sin embargo, cuando se volvió un patrón y más víctimas aparecieron muertas durante la siguiente semana, le comenzamos a prestar más atención.
Jimin comenzó a caminar hacia su cubículo y guió al policía británico a que se le uniera. —Lo que hizo que el caso fuera asignado a homicidios en realidad...— continuó explicando, —fueron los testigos.
—¿Testigos?
El escritorio de Jimin estaba contra la pared del pequeño cubículo, dándole una vista de una pared con alfombra gris cubierta con trozos de papel, recortes de prensa y otras cosas más coleccionadas durante los últimos tres años en los que había estado trabajando en esta oficina en particular. Se dejó caer sobre la silla de su escritorio y tomó un folder, giró la silla y señaló a su acompañante para que se sentara sobre la otra silla que se encontraba en la oficina. Al pasarle el folder a Jungkook, sus dedos se rozaron y nuevamente Jimin se sorprendió al sentir la onda de electricidad que se movió entre ellos. ¿Qué diablos es todo esto?
—Hay tres testigos que escucharon o vieron cosas extrañas al momento de la muerte de las víctimas.
—¿Cosas extrañas?— Jungkook se inclinó hacia adelante y sus ojos azules brillaron con intensidad.
—Una mujer sacó a pasear a su perro por una de las calles en donde una de nuestras victimas vivía en la noche en que murió. Escuchó una enorme explosión, pero no como si se tratase de un disparo, dijo que era más parecido a como cuando un globo explotaba. Y para que quede claro, no encontramos evidencia de que algún arma hubiera sido disparada en la escena del crimen. Luego, anoche, el esposo de otra víctima juró haber visto una esfera de luz flotante justo unos segundos antes que su esposa gritara, luego se viera aterrorizada y por ultimo cayera muerta en sus brazos. No vio a otra persona en la habitación, salvo por una esfera del tamaño de una pelota de beisbol flotando unos metros por encima de ellos. Cuando su esposa gritó y cayó muerta, escuchó algo que describió como un ―bang y luego la luz desapareció.
—¿Desapareció?
—Se desvaneció frente a sus ojos. Y antes que me lo digas, sí sé que todo esto suena loco. Solo te digo lo que los testigos afirman. Tal vez todos sufrieron alguna alucinación, pero por el momento sus relatos son todo lo que tenemos.
Recogió un balón de basquetbol de espuma que se encontraba en la orilla de su escritorio y lo lanzó a una pequeña canasta pegada con velcro a una de las paredes del cubo. Pasó a través de la red y éste la atrapó antes que tocara el suelo. La regresó a su escritorio y devolvió su atención a Jungkook, seguro vería sorpresa, escepticismo o risa al escuchar lo que Jimin acababa de relatarle, pero extrañamente el hombre únicamente le miraba fijamente, sus oscuras cejas se enfurruñaron mientras se sumergía en sus pensamientos y no parecía estar nada sorprendido.
—Entonces, ¿Cómo es posible que no te estés riendo histéricamente como el médico forense lo hizo cuando le conté esto?
Jungkook parpadeó rápidamente como si acabara de reaccionar de donde se encontraba. —Solo digamos que he visto cosas extrañas en mi vida.
—Aja, ¿no me digas que crees en fantasmas y en la actividad paranormal?— Jimin no pudo ocultar la sonrisa que se dibujaba en sus labios.
Jungkook le regresó la sonrisa, pero no le respondió.
Sin embargo, para ser honestos, Jimin ni lo notó por estar embobado por el efecto que la sonrisa del hombre tenía sobre él. Giró nuevamente su silla, no estaba complacido al descubrir que estaba sintiendo una clase de atracción por este extraño. Cualquier tipo de atracción por cualquiera. Una puñalada de culpabilidad se esparció por su ser, llevándose consigo cualquier rastro de fascinación.
—¿Estás bien?— Jungkook le preguntó.
—Sí, lo siento—. Sacudió su cabeza. Maldición, está era la segunda vez en la que el hombre le había dejado sin palabras. —Como dije, han sido un par de semanas estresantes. No he tenido la oportunidad de dormir bien. Así que, ¿tienes alguna teoría loca que quieras compartir conmigo?
Jungkook se recostó sobre su silla. —Tal vez. Un par. Pero son demasiado locas para compartir en este momento.
Jimin alzó una ceja. —No quiero ofenderte, pero me dijeron que habías venido aquí a trabajar, no sólo a observar. Así que si tienes algo que agregar o ideas de lo que pueda estar pasando, espero que me lo digas, como se espera de todos los que están en esta división lo hagan.
El otro hombre asintió. —Buen punto y en el momento en el que se me ocurra algo medianamente creíble, te lo haré saber.
Jimin le estudió detenidamente, no estaba seguro si Jungkook estaba siendo evasivo o simplemente honesto. Pero el cansancio de su cuerpo le hizo pensar que realmente en estos momentos no importaba. —Lamento ir directamente al punto aquí y saltarme las cortesías, pero...
—Lo entiendo, tienes trabajo que hacer.
Jimin asintió. —Iré a interrogar nuevamente a los testigos de la semana pasada... el que escuchó el sonido dentro del apartamento. Veré si me perdí de algún detalle la primera vez. ¿Quieres venir?
—Si quiero.
Jimin tomó su chaqueta, que se encontraba en el respaldo de su silla y guió al inglés a través del laberinto de cubículos.
—Estoy seguro que con el reglamento tan estricto del aeropuerto, no se te permitió llevar una pieza, ¿cierto?— le dijo.
—¿Pieza?
—¿Arma? ¿Una pistola? ¿Quieres que nos detengamos en la armería para que te den una? Estoy seguro que te la prestarán por el tiempo de tu estadía—. Presionó el botón del elevador y la puerta se abrió inmediatamente.
—No, gracias. Nunca uso una—. Jungkook dijo.
Cuando ingresaron y Jimin presionó el botón para el sótano, volvió a ver al otro hombre. —¿Los policías en Inglaterra no usan armas?
Una sonrisa pequeña se apoderó de la boca de Jungkook. —Yo no lo hago. Nunca he necesitado una.
—Deaaaaacuerdo—. Regresó su mirada a la puerta plateada frente a ellos.
No era como si hubiera utilizado su arma durante varias ocasiones y jamás había disparado en la línea del deber a excepción de las practicas en el polígono. La mayoría de policías no lo hacían. Pero después de tantos años en la fuerza, se sentía desnudo si no llevaba su Glock a su lado. Le daba un sentimiento de seguridad, por más falso que se oyera eso.
El viaje en el elevador pareció tomar una eternidad, pero en realidad no duraba más de treinta segundos. Jimin estaba extremadamente consciente del hombre parado a su lado. Extremadamente consciente de que eran de diferente altura y peso... probablemente él medía cerca del metro ochenta y con unas cuantas libras de diferencia. También estaba consciente del cosquilleo de energía irradiando de Jungkook, del leve aroma masculino de su loción para después de afeitarse y del hecho que, le gustara a Jimin o no, sus pantalones se comenzaban a estrechar incómodamente en el área de su entrepierna.
Mierda. No necesitaba esto. No lo quería.
Tenía que estar loco, aunque gracias a Dios el momento había sido extremadamente corto en el que había pensado que Jungkook era su tipo. Con algunos hombres era muy fácil saber eso. Con Jungkook, no estaba seguro. Aunque el hecho de que su cuerpo respondía a la proximidad de Jungkook era un signo de su atracción, por lo general no se sentía atraído hacia hombres heterosexuales.
Supéralo. Aunque el hombre fuese gay, lo último que Jimin necesitaba en su vida era una relación. Aún es muy pronto. Demasiado pronto. El sentimiento de culpa y tristeza se apoderó nuevamente de sus entrañas.
Cuando las puertas del elevador se abrieron, Jimin hizo todo lo posible para no dejar escapar un suspiro de alivio. Aunque a la misma vez, una pequeña parte de su ser ya extrañaba la cercanía del hombre.
   
    
En vez de salir por la puerta principal de la estación, se dirigieron a una salida más pequeña. El húmedo frío de diciembre llenó los pulmones de Jungkook y vio hacia las nubes grises en el firmamento, era totalmente diferente al clima que había dejado en casa unas horas atrás. Olía como si fuera a nevar antes de que el día acabara. Cerró el zíper de su chaqueta, mientras Jimin lo guiaba a un Jeep Wrangler negro estacionado en una calle cercana.
Se subió al lado del pasajero, no podía evitar sonreír ante la ironía de la situación. Quería información y la parte impaciente de su ser la quería ahora. Aún así, en su disfraz de oficial de policía, era forzado a disminuir su ritmo a aquél de un Ordinario. En casa y en la mayoría de sus misiones, raramente conducía un auto o utilizaba cualquier clase de vehículo para transportarse. Normalmente, si sabía la ubicación especifica a la cual necesitaba ir, simplemente pensaría en ella y luego se materializaba ahí.
Aunque no podía decir que lo odiaba. Mientras Jimin esquivaba el tráfico, Jungkook tuvo la oportunidad de apreciar la vista... las calles y tiendas estaban decoradas en rojo y verde debido a las fiestas de fin de año, las personas ingresaban y salían de edificios hacia el frío clima.
Pero debajo de todo esto, nuevamente sintió el calor que había experimentado mientras Jimin y él estaban parados juntos en el elevador. Esa clase de notoriedad le hizo detenerse a pensar.
Park Jimin había sido una verdadera sorpresa para él. No sabía con que se iba a encontrar, con quien iba a trabajar cuando llegara a los Estados. Pero en el momento en el que había escuchado los murmullos llenos de frustración de Jimin, después vio genuina sorpresa y por último una disculpa instantánea, algo había comenzado a sentirse en el interior de Jungkook... respeto y un sentimiento de que ésta persona era a alguien que le terminaría gustando, con quien terminarían siendo amigos. El americano no había tratado de fingir demencia o desacreditar el comentario. Había tomado responsabilidad y Jungkook tenía que admirar eso. Sospechaba que si hubiera estado en los zapatos de Jimin, también estaría furioso de tener a un extraño interfiriendo con su caso. Sin embargo, Jimin lo había manejado con dignidad.
Aunque, era más que eso, se admitió a sí mismo, a pesar de que este no era ni el momento ni el lugar o algo con lo que no estaba muy cómodo durante estas circunstancias. Aún luchaba con aceptar el hecho de que no era incorrecto encontrar atractivo a otro hombre.
Todos esos años de negarlo habían ensartado sus garras muy dentro de él y cuando se encontraba con alguien que le atraía, en cada una de esas ocasiones una lucha interna daba lugar, entre esas reglas que decían no, no y no, y la parte más liberal de él la cual estaba hastiada de esconderse.
Entonces solo admítelo de una vez, te sientes atraído hacia él. ¿Y por qué no? Es de buen ver y quizás un poco intenso en ocasiones, pero parece una buena persona y no puedes negar el calor que se crea entre los dos.
De acuerdo, admitir que Jimin era un hombre atractivo era una cosa. Era seguro y algo que podía hacer a la distancia. ¿Pero el calor? Algo estaba tratando de salir. Apenas acababa de conocer al hombre, casi no sabía nada de él y la atracción era probablemente unilateral. Además, no había venido desde tan lejos para esto. Había problemas más graves de los que hacerse cargo.
Incapaz de evitarlo, estudio cuidadosamente al americano por su vista periférica. Mientras conducía, Jimin pasó una mano por su gruesa cabellera castaña, la cual no era lo suficientemente larga para enrollarse contra el cuello de su chaqueta color azul marino. Tenía un rostro que era delgado con una mandíbula angular fuerte, pero cuando sonreía iluminaba toda su expresión incluyendo sus ojos, lo cual hacía que sus facciones fueran cálidas en lugar de intimidantes. Jungkook notó las líneas de cansancio alrededor de los ojos y boca del hombre. Jimin había mencionado su falta de horas de sueño.
Jungkook podía leer muy bien a las personas y Jimin parecía ser alguien con confianza en sí mismo, capaz y genuino. Su cansancio hacía que Jungkook pensara que le importaba ayudar a las personas, al punto de que colocaba las necesidades de los demás antes que las suyas. Debajo de ese hombre fuerte y capaz, existía sin embargo, una vulnerabilidad. Algo privado y sentimental que no le mostraba al mundo.
—Entonces, imagino que estuviste volando durante horas.
—¿Disculpa?— La voz de Jimin interrumpió sus pensamientos. Por un momento estaba desorientado y se preguntaba si se había perdido de algo.
—¿Cuántas horas toma venir a los Estados desde Inglaterra? ¿Aterrizaste esta mañana? Si es así, debes estar sufriendo por la diferencia de horarios.
—Ah... este, no toma tanto tiempo como piensas—. No era como que si él lo supiera. Jamás había usado un avión en su vida. El cambio de horario era siempre un tanto difícil, tomaba mucha energía materializarse en algún lugar. Mientras más larga la distancia, más energía. Lo que probablemente era la causa de su distracción.
Lo mejor sería mantenerse enfocado en el trabajo y no permitir que su carga emocional interfiriera con su trabajo o revelaría algo que no debía.
Por lo general, los Ordinarios no se percataban de la magia o de los magos, quienes vivían entre ellos. Había excepciones, claro, pero el Ordinario promedio estaba por lo general contento con sus preceptos y lo catalogaba como fantasía o imaginación, algo que para él, era fuera de lo ordinario. Así que, por lo general, aquellos magos que vivían o trabajaban en el mundo Ordinario tenían que mantener cierto nivel de confidencialidad. Era más el simple hecho de que los magos se habían cansado rápidamente de que les hicieran burlaran, les rechazaran o les clasificaran como dementes, así que todos habían aprendido hace mucho tiempo a mantener sus habilidades y su sociedad en secreto cuando estaban en compañía de Ordinarios. Por lo que, decirle a Jimin que le había tomado menos de cinco minutos viajar a los Estados no era una opción. No si quería ganarse la confianza del hombre.
Si, gran forma de ganarse su confianza... mintiéndole.
Por lo general cuando hacía trabajo encubierto hacía esto, las evasiones y las mentiras jamás le hacían dudar. Así que, ¿por qué con Jimin le molestaba?
—¿Por qué no me dices un poco más acerca de este caso de homicidios?— dijo, tratando de disminuir el sentimiento de culpa. —¿Cuántas víctimas van hasta ahora?
Jimin sacudió su cabeza. —Demasiadas. Siete contando la de anoche. Y no podemos obtener pistas que nos indiquen donde atacará después del asesino. Diablos, para serte honesto, ni siquiera sé si se trate de un verdadero asesino.
Eso capturó el interés de Jungkook. —¿A qué te refieres?
—Dije mal eso. Claramente hay un asesino, pero algo en este caso no es... normal. No que un asesinato sea normal, claro, pero este se siente distinto. A lo que me refiero es a que, ¿cómo logra un ser humano asesinar a otro sin dejar marcas o evidencia de la forma del asesinato? Aun con los testigos, algunas veces me pregunto si estamos completamente equivocados en cuanto si esto se trata del trabajo de algo y no de alguien.
—¿Algo?
Dejó escapar un suspiró lleno de cansancio. —No lo sé. No sé a lo que me refiero con exactitud. Es solo un presentimiento. Como si... no lo sé... se tratar algo fuera de lo ordinario.
Un extraño escalofrío atravesó el cuerpo de Jungkook, causando que los vellos en sus brazos y en su nuca se erizaran. Ésta era una de las reacciones físicas que él experimentaba cuando pensaba que algo a lo que él denominaba como su sexto sentido interceptaba actividad mágica, pero eso únicamente ocurría cuando...
No, imposible.
Jimin le observó y le mostró una leve sonrisa. —¿No sería más fácil atribuirle todos estos hechos extraños a la actividad paranormal? Luces parpadeantes, esferas flotantes de energía, ruidos extraños, personas muriendo de lo que al parecer es puro terror. Dios, deberíamos solo llamar a los Caza Fantasmas, o mejor aún, a Gandalf o algunos de sus amigos y dejarlos hacer alguna cosa mística y mágica para rastrear al asesino.
Jungkook le mostró una leve sonrisa. —Sí, ya lo creo.







Capitulo 2



Bueno, bueno que tenemos aquí.
Creo que ya nos dimos cuenta que los capítulos van a ser largos, no por nada la novela tiene 371 hojas.   



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